El Carísma de la Madre de Desamparados es “vivir en la Iglesia el seguimiento de Cristo, configurándose con su actitud de caridad misericordiosa, de amor total que sale al encuentro de las necesidades materiales y espirituales para remediarlas”.
Todas nuestras religiosas, dentro de nuestro especial carisma, se sienten entregadas al servicio de la Iglesia en la Congregación, ya que su vocación es eclesial por su origen y porque contribuyen a la edificación y perfección del Cuerpo de Cristo.